Los impuestos sirven
Publicado en Diario Hoy
12/03/2006
María Paula Romo
El viernes anterior, un diario nacional recoge las declaraciones de Álvaro Noboa y su nueva oferta de campaña: eliminar el impuesto a la renta, ¡convertirnos en paraíso fiscal! En la misma entrevista propone que los ingresos aduaneros se incrementen por el crecimiento “de cuatro ramas: petróleo, turismo, agricultura y vivienda”. ¿Será que Noboa pretende que el petróleo que exportamos pague aranceles de salida? Mejor todavía, ¿se imaginan ustedes el cobro de impuestos aduaneros por la industria de la vivienda? ¿el petróleo no lo exportamos?
Vamos a asumir que la genialidad de estas propuestas se debe a una falla en el apuntador, y aprovechar la oportunidad para preguntarnos (podría ser preguntarle al candidato Noboa, pero él responde con cruzadas médicas): ¿para qué sirven los impuestos?
Los impuestos: a la renta, al valor agregado, impuestos prediales, sobre los consumos especiales, son los mecanismos más importantes de recaudación.
Lo que el Estado obtiene de los impuestos se utiliza para cubrir los costos de los bienes públicos de consumo colectivo: justicia, seguridad, vialidad, alumbrado público; los de los bienes privados “de consumo individual con externalidades positivas”: educación y salud pública, por ejemplo.
También la recaudación tributaria permite pagar programas de protección social: alimentación escolar o el bono solidario, por ejemplo. Y todas estas cosas son importantes porque constituyen el único mecanismo –aun si es marginal como en nuestro país, lamentablemente- de redistribución social. Solo a través de los impuestos un Estado puede intentar resolver las grandes diferencias entre los ricos y pobres, y la única forma de cumplir su rol de garantizar bienestar y hacerle frente a la pobreza.
¿Paraíso fiscal para sacar adelante al Ecuador? Ni al Fondo Monetario Internacional se le ocurriría. Según Vito Tanzi y Howell Zee, del FMI: “la conclusión general que se puede extraer es que la evidencia empírica sobre la relación entre tributación y crecimiento es mucho más débil que lo que la teoría hubiera llevado a uno a esperar”.
Un gran avance en términos de construcción institucional en nuestro país es precisamente el del Servicio de Rentas Internas. La principal tarea del Ecuador, como Estado social de derecho, es asegurar que su Estado tenga como función prioritaria la distribución de la riqueza y el poder. El que uno o algunos políticos no quieran pagar impuestos no puede convertirse con esta ligereza en oferta de manejo económico o en ejercicio demagógico.
12/03/2006
María Paula Romo
El viernes anterior, un diario nacional recoge las declaraciones de Álvaro Noboa y su nueva oferta de campaña: eliminar el impuesto a la renta, ¡convertirnos en paraíso fiscal! En la misma entrevista propone que los ingresos aduaneros se incrementen por el crecimiento “de cuatro ramas: petróleo, turismo, agricultura y vivienda”. ¿Será que Noboa pretende que el petróleo que exportamos pague aranceles de salida? Mejor todavía, ¿se imaginan ustedes el cobro de impuestos aduaneros por la industria de la vivienda? ¿el petróleo no lo exportamos?
Vamos a asumir que la genialidad de estas propuestas se debe a una falla en el apuntador, y aprovechar la oportunidad para preguntarnos (podría ser preguntarle al candidato Noboa, pero él responde con cruzadas médicas): ¿para qué sirven los impuestos?
Los impuestos: a la renta, al valor agregado, impuestos prediales, sobre los consumos especiales, son los mecanismos más importantes de recaudación.
Lo que el Estado obtiene de los impuestos se utiliza para cubrir los costos de los bienes públicos de consumo colectivo: justicia, seguridad, vialidad, alumbrado público; los de los bienes privados “de consumo individual con externalidades positivas”: educación y salud pública, por ejemplo.
También la recaudación tributaria permite pagar programas de protección social: alimentación escolar o el bono solidario, por ejemplo. Y todas estas cosas son importantes porque constituyen el único mecanismo –aun si es marginal como en nuestro país, lamentablemente- de redistribución social. Solo a través de los impuestos un Estado puede intentar resolver las grandes diferencias entre los ricos y pobres, y la única forma de cumplir su rol de garantizar bienestar y hacerle frente a la pobreza.
¿Paraíso fiscal para sacar adelante al Ecuador? Ni al Fondo Monetario Internacional se le ocurriría. Según Vito Tanzi y Howell Zee, del FMI: “la conclusión general que se puede extraer es que la evidencia empírica sobre la relación entre tributación y crecimiento es mucho más débil que lo que la teoría hubiera llevado a uno a esperar”.
Un gran avance en términos de construcción institucional en nuestro país es precisamente el del Servicio de Rentas Internas. La principal tarea del Ecuador, como Estado social de derecho, es asegurar que su Estado tenga como función prioritaria la distribución de la riqueza y el poder. El que uno o algunos políticos no quieran pagar impuestos no puede convertirse con esta ligereza en oferta de manejo económico o en ejercicio demagógico.