El año 2006

Publicado en Diario Hoy
01/01/2006
María Paula Romo


Anoche quemamos -literalmente- aquello que queremos olvidar del año pasado y nos sentimos como si tuviéramos grandes oportunidades por delante. Claro, es sóolo un día más como los otros, pero tenemos la capacidad y la voluntad de imaginarnos escenarios mejores. En lo que se refiere a la política en América Latina, este es un año marcado por elecciones. Sus resultados tendrán importantes repercusiones para el continente entero. Chávez seguramente ganará su décima elección; ojalá y Chile tenga por primera vez una presidenta mujer, continuando con la línea política de los últimos años (Chile es el país con mayor inversión social en toda la región). Todo parece indicar que Uribe obtendrá la reelección y seguirá adelante con una respuesta bélica al conflicto social y político colombiano -Ecuador de por medio-; el Perú va a las urnas mientras sus encuestas indican que nosotros no somos los únicos a los que les falta la memoria política. Morales se estrenará como presidente de Bolivia, poniendo a prueba no solo al movimiento indígena de ese país, sino su capacidad para generar un proyecto incluyente en pueblos diversos como los nuestros. Mientras tanto, Bush creerá que puede olvidarlo construyendo un muro alrededor suyo.
Y el Ecuador también tomará decisiones políticas. Una de las principales demandas de abril se refería a un sistema electoral y de partidos políticos que ha colapsado. Si el “poder” no tiene la capacidad de leer esta exigencia de transformación y renovación -como no la ha tenido estos meses- entonces tendremos elecciones con las mismas reglas, en la misma cancha y seguramente con resultados muy similares. Si esto sucede, no estaremos atacando el problema de la representación y la democracia; no significará la legitimación de las viejas estructuras sino la falta de alternativas válidas; y no habremos podido detener la incertidumbre de los últimos 10 años.
Y aún si logramos que el 2006 marque cierta diferencia, que la política no sólo renueve algunas de sus caras sino sobretodo sus prácticas y sus propuestas; aún si este año se convierte en un buen inicio para la necesaria construcción de una República y un Estado para el Ecuador; debemos tener la certeza de que se trata únicamente de los primeros pasos.
La región entera presenta hoy nuevos desafíos: el crecimiento de la pobreza y la desigualdad, y el fracaso de las recetas del Consenso de Washington, nos exigen crear nuevas alternativas económicas. Las ideologías y las propuestas políticas del siglo pasado se muestran insuficientes para comprender y transformar un mundo radicalmente distinto. Reinventar la política, re significarla, son las tareas urgentes para que 2006 no sea sóolo un año de campaña electoral y Campeonato Mundial de Fútbol.

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