Durito

Publicado en Diario Hoy
12/02/2006
María Paula Romo


¿Conocen quién es Durito? Se trata de una de las voces disidentes más importantes de América Latina. Su nombre completo es Durito de la Lacandona -aunque se dice que su nombre real es Nabucodonosor- y se trata de uno de los personajes más importantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Durito es un importante representante del EZLN: escribe cuentos, cartas, envía comunicados políticos y se refiere al Subcomandante Marcos como su impertinente escudero. Durito es un escarabajo. Afirma que su espada es una pluma y que gracias a ella su ejército viene ganando la guerra de las palabras. El EZLN en Chiapas es una muestra de otras formas de revolución y también del poder de estas nuevas armas. El Sup y su compañero Durito reconocen que su lucha más importante pasa por las palabras y han hecho de ellas su trinchera. Se reivindican nombrando lo innombrable y reconociendo a quienes no tienen rostro en un mundo como el que hoy vivimos. Pero lo más importante: Durito nos ha mostrado el valor de una voz disidente y nos recuerda –con sencillez y profundidad- el horizonte que la prisa del camino a veces desdibuja.
En medio de convertirse en el protagonista de una canción de León Gieco, de intercambiar cartas con Joaquín Sabina o de organizar un campeonato de fútbol con el Inter de Milán, Durito insiste en el tema de la libertad y las opciones. Como él mismo escribió hace casi diez años: “Donde hay muchos caminos y se nos presenta la posibilidad de elegir, se olvida algo fundamental: todos esos caminos llevan a lo mismo. Así la libertad no consiste en elegir el destino, el paso, el ritmo, la velocidad y la compañía, sino en solo elegir el camino. Y más aún, la libertad que ofrece el Poderoso es solo la libertad para elegir quién caminará en nuestra representación”.
¡Cómo suenan actuales y dedicadas a nosotros las palabras del escarabajo! En esta época habrá que recordarlas cada vez que tengamos la tentación de escoger entre alternativas pobres o engañosas. A trabajar porque las elecciones que tenemos enfrente no sean solo de senderos para llegar al mismo término. Las opciones son mucho más variadas que las que nos muestran como evidentes. No es necesario escoger entre estos caminos, lo imprescindible es crear el nuestro y decidir la dirección, la velocidad y la compañía.

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