¿Cuál nueva izquierda?

Publicado en Diario Hoy
29/01/2006
María Paula Romo


El jueves 19 de enero, el Comité por la Renovación de la Izquierda, con pretexto del lanzamiento del libro Hacia Un Modelo Alternativo de Desarrollo Histórico, convocó una reunión singular de políticos y políticas de izquierda. El título del primer artículo del libro coincidía con el planteamiento de la mesa redonda organizada con motivo de esta presentación: una izquierda unida y renovada.
El material del libro, el tema de la invitación y la composición de la mesa directiva averiguaban ¿cuál nueva izquierda? Solo puedo aventurar la respuesta desde mi propia pertenencia política (a la Ruptura de los 25) y compartir algunas ideas de lo que nosotros comprendemos como nueva izquierda, partiendo del hecho de que esta izquierda renovada solo puede resultar de un cuestionamiento profundo de sus ideas y sus prácticas y de la construcción de nuevos códigos interpretativos; y no debe confundirse con una izquierda rejuvenecida en apariencia.
Esta nueva izquierda tiene la obligación de pensarse como una opción de poder, como una propuesta de Gobierno. Es momento de dejar de vender frustraciones. Es tarea de la política, tal vez una de las más importantes, el construir horizontes de futuro, y en esa promesa tensar y cuestionar permanentemente los límites de lo posible; pero es un ejercicio de responsabilidad política el proponer para el presente lo que sabemos viable.
Aunque la democracia es mucho, muchísimo más que los resultados electorales, también es cierto que el reto no es unir esta izquierda que tenemos; lo verdaderamente urgente es reinventarse la izquierda para que sea una opción capaz de representar y articular los intereses de la gran mayoría de ecuatorianos y ecuatorianas que cada día creen menos en las posibilidades de construir un espacio común.
¿Ha colapsado el sistema económico? Sí. No se puede decir menos de un sistema que provoca cada día más pobreza, más desigualdad y más exclusión; pero también hoy el mundo es muy distinto que hace 100 años, o hace 20, y la izquierda ortodoxa no ha sido capaz de generar nuevas alternativas económicas, posibles en el presente, para combatir esa pobreza.
La nueva izquierda es, sin duda, una izquierda que apuesta por la democracia como un mecanismo de convivencia pacífica y de construcción de lo público; que sabe que hoy los derechos son precisamente la única garantía de los débiles. La nueva izquierda no se conforma con las definiciones de la democracia liberal y también sabe que es momento de que la reinventemos en términos de oportunidades económicas y bienestar material para todos y todas.
Nuestra nueva izquierda no puede olvidarse de la revolución, pero ha aprendido que hay muchas formas de hacerla. Por eso es momento de apostarle a una izquierda joven e incluyente, una izquierda ecologista, india, negra, montubia y feminista. Y, ojalá, una izquierda que sea capaz de actuar a su interior con tanta solidaridad y tolerancia como la que predica.

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