ALGUNOS DATOS SOBRE EL CONCEPTO DE CUIDADO (I)
Comparto con ustedes algunos datos del documento de trabajo del Seminario Internacional "Economía del cuidado y Seguridad Social"; las autoras investigadoras son: Amparo Armas, Jackeline Contreras y Alison Vásconez. El evento y la investigación es resultado de la iniciativa de varios ministerios, el propio IESS y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.
- Una forma más general de tratar el trabajo doméstico, y para considerarlo en una dimensión también extra-doméstica de sostenimiento, es el uso del concepto de trabajo de cuidados. Este forma parte de lo que se denominará, en adelante, Economía del Cuidado, para referirnos a las actividades realizadas para el sostenimiento de la vida, sean desarrolladas dentro o fuera del hogar.
- El trabajo de cuidado no remunerado se caracteriza, esencialmente, por tener su base en la atención y las relaciones humanas y ser generador de valores de uso (servicios). Un criterio general es que son actividades realizadas por y para personas del hogar (considerando también algunas tareas comunitarios o de hogares extendidos), que son susceptibles de ser desarrolladas por una tercera persona, y producen bienes cuasi mercadeables, en el sentido de ser posible intercambiar muchos de ellos en el mercado, pero con la característica de ser bienes preferentes, es decir, de naturaleza cuasi pública.
- Estas tareas requieren de una multiplicidad de destrezas que han sido socialmente atribuidas a las mujeres, sobre la base de una formación genérica desde la educación formal y familiar. Este proceso de "especialización" también está asociado con la separación (casi) definitiva entre las esfereas productiva y reproductiva en el capitalismo avanzado, lo cual provoca que se mire al hogar como un espacio no productivo y como el sitio indiscutible del cuidado.
- Relacionada con este proceso también estpa la marginación y subordinación de quienes realizan trabajo doméstico y de cuidado (...). Estas condiciones se mantienen aun cuando las mujeres crecientemente acceden a posibilidades de generación de ingresos propios y mayor autonomía económica, así como también se mantiene en el imaginario social la idea del hombre proveedor.
- El trabajo no pagado de cuidados es esencialmente intensivo en recursos: tiempo, espacio, ingresos monetarios y destrezas. Es realizado a diario y con horarios inflexibles, e impone restricciones a quien lo realiza. Entre ellas, la de optar por actividades generadoras de ingreso, tomar trabajos o carreras, cuidarse a uno mismo y tener tiempo disponible. Los costos reales de este trabajo pueden verse, para quienes lo proveen, como ingresos perdidos, costos financieros, oportunidades no aprovechadas y deterioro físico.
- Una forma más general de tratar el trabajo doméstico, y para considerarlo en una dimensión también extra-doméstica de sostenimiento, es el uso del concepto de trabajo de cuidados. Este forma parte de lo que se denominará, en adelante, Economía del Cuidado, para referirnos a las actividades realizadas para el sostenimiento de la vida, sean desarrolladas dentro o fuera del hogar.
- El trabajo de cuidado no remunerado se caracteriza, esencialmente, por tener su base en la atención y las relaciones humanas y ser generador de valores de uso (servicios). Un criterio general es que son actividades realizadas por y para personas del hogar (considerando también algunas tareas comunitarios o de hogares extendidos), que son susceptibles de ser desarrolladas por una tercera persona, y producen bienes cuasi mercadeables, en el sentido de ser posible intercambiar muchos de ellos en el mercado, pero con la característica de ser bienes preferentes, es decir, de naturaleza cuasi pública.
- Estas tareas requieren de una multiplicidad de destrezas que han sido socialmente atribuidas a las mujeres, sobre la base de una formación genérica desde la educación formal y familiar. Este proceso de "especialización" también está asociado con la separación (casi) definitiva entre las esfereas productiva y reproductiva en el capitalismo avanzado, lo cual provoca que se mire al hogar como un espacio no productivo y como el sitio indiscutible del cuidado.
- Relacionada con este proceso también estpa la marginación y subordinación de quienes realizan trabajo doméstico y de cuidado (...). Estas condiciones se mantienen aun cuando las mujeres crecientemente acceden a posibilidades de generación de ingresos propios y mayor autonomía económica, así como también se mantiene en el imaginario social la idea del hombre proveedor.
- El trabajo no pagado de cuidados es esencialmente intensivo en recursos: tiempo, espacio, ingresos monetarios y destrezas. Es realizado a diario y con horarios inflexibles, e impone restricciones a quien lo realiza. Entre ellas, la de optar por actividades generadoras de ingreso, tomar trabajos o carreras, cuidarse a uno mismo y tener tiempo disponible. Los costos reales de este trabajo pueden verse, para quienes lo proveen, como ingresos perdidos, costos financieros, oportunidades no aprovechadas y deterioro físico.
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