Un camino de aprendizaje

Domingo, 13 de enero de 2013
Ayer en la tarde, cerca de las cuatro, en la esquina de la calle Legarda y avenida Occidental en el norte de Quito, hicimos un camino de aprendizaje. La Legarda  es una calle empinada, desde abajo parece que no tiene fin, que se debe subir y subir hasta llegar al cielo. Al andar, con María Paula Romo, Martha Rodríguez, Daniel Flores y Diego Donoso, nuestros candidatos de Ruptura 25, la gente nos recibía con cariño. La alegría empezó con los tambores, unos jóvenes zanqueros anunciaban nuestra llegada, y más de una puerta se abrió. “Soy María Paula Romo y soy candidata a asambleísta por el distrito norte de Quito…”, sonrisas, “sé quien es” contestó una joven rodeada de sus hijos, “es una mujer valiente”.
Más adelante, un padre de familia, de esos trabajadores incansables que tiene la bella ciudad, le explica a la candidata los desacuerdos por el tema salarial y luego, muy orgulloso, le presenta a su esposa y a sus hijos. La despedida: “siga adelante, cuente con nuestro apoyo”. Así, puerta a puerta, todo es hacia arriba, son los barrios Santa Anita Bellavista y San José, los lugares de lucha de Martha Rodríguez, la Marthita, la líder reconocida y aplaudida por sus vecinos. Dirigente barrial, presidenta de los barrios del noroccidente de Quito, madre comunitaria… Martha Rodríguez es una escuela, un ejemplo recalcan los vecinos.
Los candidatos avanzan. Tras la primera curva una sorpresa conmovedora: una familia humilde festejando el cumpleaños de un hijo y la fiesta se detiene, han llegado unos invitados especiales, invitados de último momento que son recibidos con besos y abrazos. “María Paula, venga, venga, una fotito”. ¿Usted la conoce?, pregunto. “Sí, en la televisión, ahí le sigo siempre”. Las fotos para el recuerdo, para que los hijos sepan las amistades de su madre. “Déjeme un afiche grande, una pancarta, yo le pongo en mi casa”. Una casita de bloque con un foco en la sala alumbrando todo.  
Más arriba, más cerca del cielo, una anciana con sus ropitas viejas, sale a recibirnos. La pobreza no excluye a la alegría. Otra vez besos y abrazos para la candidata. “Yo le acompaño”, dice y con sus zapatitos viejos se apura a seguir el paso hasta el Centro de Alfabetización San José, donde los dirigentes barriales nos esperan. Los cuatro candidatos hablan, le cuentan a la gente lo que quiere hacer la Ruptura 25, lo que ha hecho, lo que falta… Una joven es crítica, ella no quiere más paternalismo del Estado, quiere ser una emprendedora. Un dirigente toma la palabra, dice que se ha hecho justicia con Marthita, al fin una líder comunitaria reconocida por su actuar, una candidata del barrio que sabe lo que necesitan los pobres. Luego vuelve la joven a hablar, hasta que Florcita patea el tablero y pone los puntos sobre las íes. Habla de las madres comunitarias, de cuando ella, Martha Rodríguez y otras luchadoras hace más de 25 años se juntaron para hacerle frente a la pobreza. También habla de nuestro candidato a la presidencia, de Norman Wray, de cuando era un jovencito que les apoyaba, que buscaba las formas para que el Innfa de ese entonces cumpliera con sus obligaciones. Florcita dice que ella va a votar todo 25, todo por la Ruptura, porque ella sabe quiénes son estos chicos, de dónde vienen, porque ellos creen en la libertad, “como yo”. Aplausos, aplausos, aplausos. Anocheció, afuera llueve.
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