GLASS NI ESTÁ LIBRE NI ES INOCENTE

 

Por aquí debe empezar cualquier discusión sobre la supuesta “liberación” de Glas en este Domingo de Ramos. Nadie lo declaró inocente. Pesan sobre él tres sentencias en casos de corrupción; suman más de 22 años de cárcel, sin embargo, un juez de un lugar alejado, sin competencia para conocer su causa, de manera ilegal, en una decisión absurda, sin precedentes, ha ordenado cambiar su prisión por presentación periódica y prohibición de salida del país, por ahora...

¿Qué representa Glas? 

Jorge Glas Espinel fue durante diez años la cabeza de los sectores estratégicos del país: electricidad, gas, petróleo, y telecomunicaciones. Montos gigantescos, decisiones que comprometieron y siguen comprometiendo al Ecuador; aliados, socios, contrapartes profundamente cuestionados. Fue el delegado de Correa para la negociación del petróleo con China, las concesiones de las telefónicas, la Refinería de Esmeraldas y la imaginaria Refinería del Pacífico. Fue el comodín de Correa en la relación con Odebrecht, así lo dijo Conceicão Santos al confirmar que le pagó millonarias coimas

Glas representa el manejo del Estado sin límite ni ley. Olvidar su papel, disfrazarlo como un perseguido político, hacer pensar que esta triquiñuela legal es prueba de su inocencia, es una afrenta a todos los ciudadanos que nos negamos a normalizar la corrupción como sinónimo de la política. 


Habeas Corpus contrario a toda norma jurídica

El habeas corpus es una garantía constitucional para defenderse de una detención ilegal o arbitraria, un recurso para evitar abusos como la posible desaparición de un detenido. De ninguna manera un habeas corpus sirve para liberar a un sentenciado. Los abogados de Glas lo saben, por eso presentaron el recurso en Manglaralto, ante un juez cuya destitución ya estaba solicitada unos días antes; es decir ante un juez que no tenía nada que perder. 

Hicieron posible lo imposible: imposible argumentar que desconocían el lugar de detención, el país entero sabe que Glas estaba en la cárcel de Latacunga. Imposible que se libere a alguien por no tener acceso a los mejores servicios de salud, de ser así, según ese análisis no quedaría ningún detenido en el Ecuador. Imposible que una orden de libertad se cumpla en tiempo récord en un fin de semana. 


Más allá de Glas

Este horror nos recuerda que sigue vigente la decisión de la Corte Constitucional de Pazmiño de que los jueces constitucionales no cometen prevaricato. ¿Qué espera la Corte Nacional de Justicia para pedir a la Corte Constitucional un nuevo análisis de esta decisión?.

El correísmo y sus aliados y afines suman un punto más en su búsqueda de impunidad, dieron un importante golpe con las famosas amnistías a secuestradores y traficantes de tierra. Ningún debate es menor, ningún espacio de legalidad y justicia debe entregarse sin disputa. Le costará muy caro al Ecuador seguir en ese camino. 


Esto no ha terminado

Glas no ha sido declarado inocente, tiene -por ahora- ilegales medidas alternativas. Esta decisión puede y debe ser revisada de inmediato. Dos de sus tres sentencias están en firme. 

El juez Moscoso Cedeño debe ser procesado, investigado y sancionado. El Consejo de la Judicatura puede decidir su suspensión inmediata (ya existe un pedido previo en este sentido). 

El Consejo de la Judicatura, la Corte Nacional y el propio Ejecutivo tienen herramientas legales a su disposición y la obligación de responderle al país, la sola sospecha de que esto pueda ser parte de un acuerdo, es letal. Creo firmemente que se puede gobernar sin Asamblea, pero es imposible hacerlo sin la confianza siquiera de aquellos que te llevaron al poder. 

Por supuesto que enfrentar a esta mafia tiene costos políticos y personales, fui parte de un gobierno que estuvo dispuesto a asumir esos costos y así lo hicimos, como nadie. Hoy pienso en tantos y tantos ciudadanos, periodistas, activistas sociales y políticos que enfrentaron un poder que parecía destinado a perpetuarse. Juntos, muchos, los enfrentamos y tendremos que seguirlo haciendo. 





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