"Los siete Nobel más innobles" por José Ignacio Torreblanda (blogs de El País)
Los siete Nobel más innobles (por José Ignacio Torreblanca)
Café Steiner
Con la concesión del Premio Nobel de la Paz 2011 a tres mujeres, una pacifista liberiana (Leymah Gbowee), una economista (la presidente de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf) y una periodista yemení (Tawakkul Karman), el comité noruego nos llama la atención sobre la relación entre las mujeres, la violencia y la construcción de la paz. Aunque, globalmente, el número de guerras ha disminuido, y con ello el número de víctimas en conflictos armados, estos son hoy generalmente de tipo civil, lo que significa que su impacto sobre las mujeres es mucho mayor. En el Congo, por ejemplo, la violación se ha catalogado como un "arma de guerra" ya que es utilizada como tal por las partes en conflicto para forzar desplazamientos de población y castigar a la población civil (véase esta crónica de ELPAIS donde se habla de 27.000 violaciones sólo en el territorio de Kivu).
Desde la aprobación de la Resolución 1325 (2000) de Naciones Unidas, la dimensión de género en los conflictos internacionales ha adquirido una nueva visibilidad: hoy somos más conscientes del terrible impacto que los conflictos bélicos tienen sobre las mujeres, y también de que su papel es clave en la construcción de sociedades más justas, y por tanto, más libres y más pacíficas. La resolución de Naciones Unidas ha tenido una amplio recorrido, tanto en lo relativo a la violencia sexual contra las mujeres como al comportamiento de los cascos azules en las operaciones de mantenimiento de la paz, muchas veces agentes activos de la violencia y explotación sexual de mujeres y niñas (véase, por ejemplo el Plan de Acción del Gobierno español, la web del Observatorio de Género, Democracia y Derechos Humanos o este informe de Carmen Magallón en CEIPAZ.org donde hace un balance de la resolución).
Este Nobel ha restaurado la credibilidad del premio, maltrecha por algunas decisiones polémicas del pasado. En el pasado, el Nobel se ha concentrado a veces en exceso en premiar a instituciones oficiales y a grandes figuras políticas, en detrimento de los individuos y de la sociedad civil. ¿Quieren saber quiénes son los premios nobeles más innobles que han hecho que el Nobel sufra en su prestigio? Joshua Keating ha hecho un listado en la revista Foreign Policy. En la lista están (por orden de aparición): Yasir Arafat, por sus actividades terroristas; Henry Kissinger, por el bombardeo secreto de Camboya; Theodore Roosevelt, por su papel en la guerra de 1898 contra España; Woodrow Wilson, por su racismo; Kofi Annan, por sus errores en Ruanda y en la operación Petróleo por Alimentos en Irak; Mohamed el Baradei y la AIEA, por su incapacidad de controlar la proliferación nuclear; y Barack Obama, por sus escasos méritos, complementados además por un discurso de aceptación íntegramente dedicado a defender el uso de la fuerza en las relaciones internacionales.
La lista es discutible, y unos premios parecen más inmerecidos que otros, desde luego el de Wilson llama la atención. Eso sí, tiene cierto mérito que en una revista estadounidense se "galardone" con la distinción de premio nobel más innoble a cuatro estadounidenses, entre ellos nada menos que tres Presidentes. Por lo demás, por si no lo han notado, los siete tienen algo que les une: son todos hombres. ¿Casualidad?..
Café Steiner
Con la concesión del Premio Nobel de la Paz 2011 a tres mujeres, una pacifista liberiana (Leymah Gbowee), una economista (la presidente de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf) y una periodista yemení (Tawakkul Karman), el comité noruego nos llama la atención sobre la relación entre las mujeres, la violencia y la construcción de la paz. Aunque, globalmente, el número de guerras ha disminuido, y con ello el número de víctimas en conflictos armados, estos son hoy generalmente de tipo civil, lo que significa que su impacto sobre las mujeres es mucho mayor. En el Congo, por ejemplo, la violación se ha catalogado como un "arma de guerra" ya que es utilizada como tal por las partes en conflicto para forzar desplazamientos de población y castigar a la población civil (véase esta crónica de ELPAIS donde se habla de 27.000 violaciones sólo en el territorio de Kivu).
Desde la aprobación de la Resolución 1325 (2000) de Naciones Unidas, la dimensión de género en los conflictos internacionales ha adquirido una nueva visibilidad: hoy somos más conscientes del terrible impacto que los conflictos bélicos tienen sobre las mujeres, y también de que su papel es clave en la construcción de sociedades más justas, y por tanto, más libres y más pacíficas. La resolución de Naciones Unidas ha tenido una amplio recorrido, tanto en lo relativo a la violencia sexual contra las mujeres como al comportamiento de los cascos azules en las operaciones de mantenimiento de la paz, muchas veces agentes activos de la violencia y explotación sexual de mujeres y niñas (véase, por ejemplo el Plan de Acción del Gobierno español, la web del Observatorio de Género, Democracia y Derechos Humanos o este informe de Carmen Magallón en CEIPAZ.org donde hace un balance de la resolución).
Este Nobel ha restaurado la credibilidad del premio, maltrecha por algunas decisiones polémicas del pasado. En el pasado, el Nobel se ha concentrado a veces en exceso en premiar a instituciones oficiales y a grandes figuras políticas, en detrimento de los individuos y de la sociedad civil. ¿Quieren saber quiénes son los premios nobeles más innobles que han hecho que el Nobel sufra en su prestigio? Joshua Keating ha hecho un listado en la revista Foreign Policy. En la lista están (por orden de aparición): Yasir Arafat, por sus actividades terroristas; Henry Kissinger, por el bombardeo secreto de Camboya; Theodore Roosevelt, por su papel en la guerra de 1898 contra España; Woodrow Wilson, por su racismo; Kofi Annan, por sus errores en Ruanda y en la operación Petróleo por Alimentos en Irak; Mohamed el Baradei y la AIEA, por su incapacidad de controlar la proliferación nuclear; y Barack Obama, por sus escasos méritos, complementados además por un discurso de aceptación íntegramente dedicado a defender el uso de la fuerza en las relaciones internacionales.
La lista es discutible, y unos premios parecen más inmerecidos que otros, desde luego el de Wilson llama la atención. Eso sí, tiene cierto mérito que en una revista estadounidense se "galardone" con la distinción de premio nobel más innoble a cuatro estadounidenses, entre ellos nada menos que tres Presidentes. Por lo demás, por si no lo han notado, los siete tienen algo que les une: son todos hombres. ¿Casualidad?..
La guerra impacta mucho más fuertemente a los hombres, porque los hombres mueren en las guerras.
ResponderEliminarLas guerras son causadas por gente con poder (en este caso el género es irrelevante) y las personas más pobres sufren las consecuencias, especialmente los hombres.
El problema es que los hombres no deben de quejarse, porque los roles de género lo prohíben. Nosotros debemos de proteger y proveer y mantener la boca cerrada.