Bicentenario, nuevo período.
Hace ya un par de semanas, en una feliz coincidencia con la celebración del bicentenario, se posesionó el Presidente de la República. Ese momento, sumado a la organización e instalación de la propia Asamblea marca un nuevo momento político en todo este proceso.
El inicio de un segundo período ha sido más complicado; ni la oposición ni la prensa nos ha dado tregua; la crítica -en muchos casos malsana- empezó al día siguiente. Precisamente por eso se debe rescatar algunos puntos importantes:
- La presencia de los presidentes de América del Sur (no sólo los de la Región Andina) reflejó un importante apoyo político al Presidente Correa y también a las tesis ecuatorianas en sus relaciones internacionales en la región.
- El contenido del discurso del Presidente, por obvias razones, no es un discurso de sorpresas; sino una mezcla de rendición de cuentas de aquello que ya se ha conseguido y la proyección de los desafíos en el futuro inmediato. Uno de los temas más concretos a los que se refirió el Presidente fue el reto de mejorar las condiciones salariales y laborales de los hombres y mujeres del Ecuador. A tomarle la palabra y trabajar juntos en esos temas!
- Muy importantes los actos culturales de posesión y bicentenario; eventos culturales masivos que permitieron que muchos ecuatorianos y ecuatorianas se sientan parte de esta celebración.
- Mucha exageración con el tema de los comités de defensa de la revolución; movimiento PAIS desde hace dos años se organiza en comités familiares y, claro, estos comités respaldan, apoyan, construyen, defienden el proyecto político: la revolución ciudadana (ni más, ni menos). En ningún momento se ha planteado la creación de grupos de confrontación, de espionaje de vecinos, de control de los ciudadanos y otra serie de fantasías que algunos medios han provocado a partir de una declaración.
Y para cerrar esta nota corta... lo más conmovedor para mí es precisamente la coincidencia con el bicentenario. En 200 años de un Ecuador como república independiente hemos caminado y aprendido mucho; pero la libertad, la independencia, la dignidad se gana y se construye cada día y hoy -200 años después- tenemos otras formas de opresión, de dominación, de esclavitud contra las que debemos luchar. Ojalá esa sea la dimensión de la coincidencia y guíe nuestro trabajo de los próximos meses.
El inicio de un segundo período ha sido más complicado; ni la oposición ni la prensa nos ha dado tregua; la crítica -en muchos casos malsana- empezó al día siguiente. Precisamente por eso se debe rescatar algunos puntos importantes:
- La presencia de los presidentes de América del Sur (no sólo los de la Región Andina) reflejó un importante apoyo político al Presidente Correa y también a las tesis ecuatorianas en sus relaciones internacionales en la región.
- El contenido del discurso del Presidente, por obvias razones, no es un discurso de sorpresas; sino una mezcla de rendición de cuentas de aquello que ya se ha conseguido y la proyección de los desafíos en el futuro inmediato. Uno de los temas más concretos a los que se refirió el Presidente fue el reto de mejorar las condiciones salariales y laborales de los hombres y mujeres del Ecuador. A tomarle la palabra y trabajar juntos en esos temas!
- Muy importantes los actos culturales de posesión y bicentenario; eventos culturales masivos que permitieron que muchos ecuatorianos y ecuatorianas se sientan parte de esta celebración.
- Mucha exageración con el tema de los comités de defensa de la revolución; movimiento PAIS desde hace dos años se organiza en comités familiares y, claro, estos comités respaldan, apoyan, construyen, defienden el proyecto político: la revolución ciudadana (ni más, ni menos). En ningún momento se ha planteado la creación de grupos de confrontación, de espionaje de vecinos, de control de los ciudadanos y otra serie de fantasías que algunos medios han provocado a partir de una declaración.
Y para cerrar esta nota corta... lo más conmovedor para mí es precisamente la coincidencia con el bicentenario. En 200 años de un Ecuador como república independiente hemos caminado y aprendido mucho; pero la libertad, la independencia, la dignidad se gana y se construye cada día y hoy -200 años después- tenemos otras formas de opresión, de dominación, de esclavitud contra las que debemos luchar. Ojalá esa sea la dimensión de la coincidencia y guíe nuestro trabajo de los próximos meses.
Estimada María Paula:
ResponderEliminarUn gusto encontrarte en la comunidad virtual, un espacio que aún promueve y permite la libertad de pensamientos y opiniones de manera efectiva.
Esas fomas de opresión, dominación, y de esclavitud actuales a que te refieres en el último párrafo es el poder del imperialismo global. El capitalismo salvaje, la esclavitud asalariada y la corporatocracia son los males de esta sociedad, y cuyo único escape es el trabajo creciente de la ciudadanía en la construccíon de una democracia directa, o en su defecto, más representativa, que promueva nuevas formas alternativas de producción y desarrollo humano. La Asamblea Constituyente ya fijó el camino con la Constitución, pero ahora esta Asamblea Nacional tendrá la responsabilidad de dar una viabilidad jurídica a todo lo ganado en Montecristi en la lucha contra los males mencionados. Confío en el trabajo de la gente de PAIS, éxitos en su labor.
Saludos