¿Saben qué es público?

Publicado en Diario Hoy
04/02/2007
María Paula Romo

¿Qué pensaríamos los quiteños si nos anuncian que se piensa vender el parque La Carolina; o los cuencanos si se discute el precio del Parque Calderón, o los lojanos si se nos comunica que vamos a “prestar” la mitad del Parque Jipiro para construir un club privado? Lo que se discutió esta semana en el Concejo del Distrito Metropolitano de Quito se parece mucho a estas ideas descabelladas.

Hemos sido testigos durante meses del conflicto del Municipio con el Municipal Tenis Club.
Resumiendo la historia: unos 10 mil metros cuadrados fueron entregados en comodato (préstamo de uso) para el funcionamiento de un club privado; por si esto fuera poco, distintas administraciones entregaron dinero en efectivo para parte de su construcción. Por más de 50 años este terreno público fue utilizado sólo por un grupo de personas.

Luego de una fuerte disputa, el Municipio resolvió (estaba facultado legalmente para hacerlo) dar por terminado el contrato de comodato que mantenía con el Club. Respuesta: una prepotente demanda de prescripción adquisitiva de dominio; desconociendo no sólo la naturaleza pública del bien y la existencia de un contrato claro sobre las condiciones del uso, sino los principios fundamentales de esa figura jurídica.

Finalmente parecía haberse encontrado una propuesta razonable, incluyendo la concesión a los socios del reconocimiento de su membresía en el club, pero recuperando la propiedad, la administración y el uso de las instalaciones para los ciudadanos. Esto fue decidido hace menos de un mes por el Concejo y hoy resulta que a algunos concejales la venta les parece una buena alternativa.

Directivos del Municipal Tenis Club proponen pagar –en plazos– $1 800 000, mientras el avalúo predial del bien –incluidas las construcciones– es de casi $6 millones; y el valor comercial podría llegar a ser hasta cinco veces el precio ofertado por el Club. Si la decisión fuera la de vender este predio, lo primero sería cambiar su categoría de bien afectado al uso público (de lo contrario la venta no está permitida), pero además debería convocarse una subasta pública; nada les da a los directivos del Club el derecho de compra y peor todavía al precio que a ellos les parezca conveniente. Pero este no es sólo un problema de precio o de procedimiento, lo que está en juego es el manejo transparente y adecuado de los bienes que le pertenecen a la ciudad, y el deber de nuestros concejales de resistir a presiones y chantajes. Señor alcalde: su deber no es con un grupo de socios de un club de tenis, su responsabilidad es la de cumplir la ley y velar por el interés de la ciudad entera.

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