Mujeres

Publicado en Diario Hoy
05/03/2006
María Paula Romo


Aunque yo misma insisto que nos faltan más avenidas que tengan nombres de mujeres (mejor si no son santas) y más fidelidad y memoria con las mujeres valientes y luchadoras de nuestra historia, creo que también este 8 de marzo es un buen pretexto para celebrar a las mujeres que tenemos hoy entre nosotras y que con su vida nos permiten construirnos como mujeres distintas. A celebrar entonces que Dolores Padilla haya fundado Eva de la Manzana, uno de los primeros grupos feministas en Quito. A Margot Sancho, que fue una de las primeras candidatas mujeres -para colmo comunista- así que las personas se santiguaban cuando la veían pasar. Gracias a Alexandra Ayala, que escribió, para el entonces diputado Luis Almeida, Lecciones de sexología cuando se molestó porque le recordaron que usó a su esposa para burlar la ley de cuotas y él contestó que “el que monta manda”, y gracias porque con sus palabras nos recuerda permanentemente los grandes temas de las mujeres. Vamos a aprovechar estos días para agradecer el ejemplo de Martha Rodríguez, que se graduó del colegio a los 38 años, luego de educar a sus tres hijos y sin dejar nunca el trabajo con sus compañeros del noroccidente de Quito. Gracias a Sara, que tiene 50 años y me entrevista para la tesis que le permitirá terminar el sexto curso que abandonó por su embarazo. Gracias a las tías de la Wilson, que nos regalan el ejemplo de su vida de mujeres fuertes y alegres. Gracias por los ideales todavía intactos de Mireya Cárdenas que nos invita esta semana a oír de una de las Madres de la Plazo de Mayo y aprender de las dos la necesidad de recuperar la memoria y evitar la impunidad. Celebremos que Amelia Ribadeneira se atreva a escribir poesía erótica en esta sociedad conservadora y que se escandaliza fácil. Qué bueno que en Riobamba Diana informe a todas sobre la posibilidad de decidir sus embarazos, aunque armen marcha en su contra.
Convirtamos en ejemplo el trabajo diario de millones de ecuatorianas que siguen combatiendo la violencia, la discriminación y el abuso. Celebremos a nuestras abuelas y madres que vivieron un mundo distinto y hoy no terminan de comprender lo que nos pasa. Como escribió Belli frente a este dilema: “Desde la mujer que soy,/a veces me da por contemplar/aquellas que pude haber sido;/las mujeres primorosas,/hacendosas, buenas esposas,/dechado de virtudes,/que deseara mi madre./No sé por qué/la vida entera he pasado/rebelándome contra ellas./Odio sus amenazas en mi cuerpo./La culpa que sus vidas impecables,/por extraño maleficio,/me inspiran. (...)Impertérritas niñas buenas me circundan/y danzan sus canciones infantiles contra mí/ contra esta mujer/hecha y derecha,/plena./Esta mujer de pechos en pecho/y caderas anchas/que, por mi madre y contra ella,/me gusta ser.

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